Por Germán Yances
Detrás de la adjudicación de una o dos nuevas licencias para operar igual número de canales de televisión abierta, de carácter comercial y cubrimiento nacional, hay en juego algo más grande que un simple negocio particular.
No en vano la Constitución Política establece que la elevisión es un servicio público y como tal es inherente a la función social del Estado.
Los actuales concesionarios de canales privados se han opuesto tozudamente a la entrada de nuevos operadores por razones de competencia y de mercado. Y los interesados en quedarse con una de las nuevas licencias tienen el ojo puesto en el negocio.
Pero para el Estado, en cabeza de la Comisión Nacional de Televisión-CNTV, la perspectiva debe ser la de la cultura nacional, la diversidad, el pluralismo y la democracia.
En momentos en que la televisión internacional cubre ampliamente el territorio colombiano con cientos de señales originadas a lo largo y ancho del mundo a través del servicio de televisión paga, es hora de pensar en que la televisión abierta se mantenga mayoritariamente en manos de empresas que tengan más identidad nacional y que representen mejor los intereses de un mayor número de colombianos.
Lejos de cualquier ánimo chauvinista, hay que decir que por eso tiene mucho valor y significado la alianza entre un grupo de periódicos regionales, del que forman parte La República, El Colombiano, El País, El Universal y Vanguardia Liberal, CM& del Canal Uno y el grupo español Prisa, dueño de Caracol Radio.
Ese grupo de periódicos, que representa la riqueza de una diversidad regional que el país necesita a toda costa conservar y fortalecer, quiebra en buena hora la idea de
que la gran televisión debe ser hecha en Bogotá, por empresas de influencia nacional.
Hace agua la boca sólo pensar en un canal privado de televisión comercial y cubrimiento nacional que compita de tu a tu con monstruos bogotanos como RCN y Caracol, en el que participen activamente capitales y talento originados en la
provincia, y que se han hecho fuertes en ciudades como Medellín, Cartagena, Cali, Bucaramanga.
Lo que hasta ahora se ha visto son canales nacionales que se nutren de talento regional. Tal vez ya es hora, entonces, de que la provincia le hable directamente al país, y no por interpuesta persona.