El vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney, defendió el polémico programa secreto dirigido por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) junto con el Departamento del Tesoro, que permitía el rastreo de decenas de miles de transacciones bancarias privadas de todo el mundo. “Lo que más me perturba de todo esto es que algunos medios de comunicación se presten a divulgar programas que son clave para la seguridad nacional, lo que dificulta aún más nuestra tarea de prevenir más ataques contra el pueblo estadounidense. Eso me ofende», dijo Cheney el viernes durante un acto de recaudación de fondos.
Más adelante, el vicepresidente dijo al ‘New York Times’ que el programa es una herramienta «absolutamente clave» en la lucha antiterrorista y que se lleva a cabo con apego a la ley y a la autoridad que la Constitución le confiere al Ejecutivo.
Al igual que las escuchas telefónicas de los estadounidenses con presuntos vínculos terroristas, este programa de rastreo «es absolutamente clave para protegernos de futuros ataques», dijo Cheney al rotativo neoyorquino.
El programa en cuestión rastrea todas las actividades financieras internacionales de presuntos terroristas, en particular las transacciones desde y hacia Estados Unidos.
La información proviene de una empresa conocida por sus siglas SWIFT («Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication»), con sede en Bélgica y que está a cargo de casi todas las transacciones financieras internacionales.
Estados Unidos tiene acceso a la información de SWIFT, almacenada en este país, mediante el uso de citaciones judiciales.