Por Omar Rincón
Para El Tiempo
Las buenas de Canal Caracol son su intento por diversificar modos de entretenimiento. Muy bueno que un domingo de octubre el Canal decidió dedicárselo al cine nacional en buenos horarios.
El cine nos sirve para reconocer cómo somos como sociedad. Bueno, que CineArte continúa como un espacio para mirar distinto. Bueno, que el concurso La otra mirada invita a pensar en imágenes y en historias jóvenes.
Bueno Préstame a tu pareja, un reality que permite comprender al ser humano en su vida cotidiana, a mitad de camino entre documental y entretenimiento. Propone historias tranquilas que llevan a que cada televidente desarrolle identificaciones, sin caer en el morbo y explotación de las clases sociales (Desafío 2006) o en la burla pública de los defectos (Premio gordo y Frente al miedo).
Buenas, las series Sin tetas no hay paraíso y Criminal porque son recursivas, con ritmo alucinante en su modo de contar, con lenguaje emocionante y la fuerza dramática que requiere una historia corta. Hay que quitarle ese pseudo-discurso moral-educativo del canal. Bueno, el noticiero porque busca otros enfoques sobre lo internacional, intenta la lentitud, busca su agenda propia y crea informes especiales.
En Hablando claro con la prensa se celebra la posibilidad de la conversación inteligente sin caer en la entrevista adulatoria. Bien por el atrevimiento de pasar la rueda de prensa con Fernando Vallejo sin importar el ácido retrato que hace de esta patria.
Caso especial: Mesa de noche. ¡Qué bueno que haya en la noche de domingo un espacio que le haga guiño al pensamiento y no estar de acuerdo con el amo! Recupera la opinión entretenida: noticias, humor, análisis. Lo que no funciona es la mezcla: Vargas es buen presentador pero no tiene la agudeza de un Peláez para jugar a la ironía y no deja hablar; Rodríguez es buen humorista pero no tiene la conciencia política de un Garzón; Alexandra pierde la imaginación que propone en radio; Durán poco habla y analiza. La realización necesita tiempo para hacer menos chistes y producir más opinión.
OMAR RINCÓN
PARA EL TIEMPO