Una nota del NY Times, reproducida hoy en La Nacion (Argentina) comenta que «La revelación de la revista Vanity Fair tomó a The Washington Post por sorpresa y provocó una gran conmoción en el diario. La reacción inicial fue no formular comentarios. Pero a las 17.29 el diario confirmó en su sitio en Internet que Mark Felt era «Garganta Profunda». «Realmente se nos vino encima», señaló Ben Bradlee, director de The Washington Post durante la época de Watergate. La sorpresa provino, en parte, del hecho de que The Washington Post había prometido a Felt que mantendría su identidad en secreto hasta que muriera. Además, Vanity Fair no se puso en contacto con Bob Woodward y Carl Bernstein, los periodistas del famoso caso que ayudó a ese diario a desarrollar la noticia más importante de su historia.

PUBLICADO EL 3 DE JUNIO DE 2005

El diario norteamericano se vió sorprendido por la confesión de «Garganta Profunda»

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Bernstein, deliberadamente, según se aprecia.
Tan pronto los familiares de Felt reconocieron anteayer por TV que él era «Garganta Profunda», la gente del diario, según dijeron, no tuvo más alternativa que divulgar su secreto.
Como expresó Carl Bernstein: «Una vez que pudimos determinar que realmente era el deseo de su familia, y que legítimamente decían que su padre y abuelo era «Garganta Profunda», y con su consentimiento, nos pareció que teníamos una nueva obligación, que era ser directos».
Las horas entre el «sin comentarios» del Post y su reconocimiento posterior fueron frenéticas. El editor ejecutivo, Leonard Downie Jr., que participaba de un curso de management, regresó de inmediato a la redacción. Bob Woodward, otro de los subeditores, también estaba fuera de la ciudad.
A las 12.15, Editor & Publisher, una revista sobre comercio, publicó en su sitio en Internet una cita de Bernstein, en la que reiteraba lo que él y Woodward dijeron durante años: que revelarían la identidad de «Garganta Profunda» sólo después de la muerte de su fuente.
«No tenemos nada que decir más allá de lo que hemos dicho, es decir, que cuando el individuo muera revelaremos su identidad», dijo Bernstein a la revista. «Otras fuentes nos eximieron de esos compromisos, pero no ha sucedido nada que pudiera cambiar eso en estas circunstancias.»
Dos años de investigación
Si bien los editores del Post podrían haber considerado que el diario tenía la obligación ética de proteger la identidad de «Garganta Profunda», Vanity Fair no había prometido semejante cosa y, como cualquier empresa periodística competitiva, estaba ansiosa por dar la primicia. Pero a la revista le llevó más de dos años divulgarla.
A principios de 2003, el editor de Vanity Fair, Graydon Carter, recibió una llamada telefónica de John D. O´Connor, un abogado de San Francisco y amigo de la familia Felt, que le preguntó si estaba interesado en revelar la identidad de «Garganta Profunda» en las páginas de su revista.
Así comenzó a desenmarañarse lentamente la exclusividad del Post sobre el misterio.
«Al acercarse la fecha de publicación, enfrentamos un dilema», escribió Carter. «Si llamábamos a Woodward para verificar la identidad de «Garganta Profunda», el subeditor del Post publicaría sin pérdida de tiempo su propio artículo sobre la identidad de la fuente, anticipándose a nosotros. Verificar la noticia con su ex colega Carl Bernstein planteaba un problema similar», añadió.
De modo que, según escribió Carter, «no llamamos a ninguno de los dos. En cambio, optamos por verificar los hechos de esta asombrosa historia de intriga y coraje lo mejor que pudimos, valiéndonos de fuentes alternativas y relacionadas».
Anteayer, en The Washington Post había cierta confusión respecto de cuál era la obligación del diario. El artículo de Vanity Fair señaló que a Woodward le preocupaba especialmente saber si Felt estaba en su sano juicio cuando le dijo a su familia que deseaba revelar su identidad o si su propia familia lo estaba obligando a hacerlo.
La confirmación del Post sobre la identidad de «Garganta Profunda» apareció en el sitio del diario en Internet como un artículo periodístico, con una declaración conjunta de Woodward y Bernstein que decía: «W. Mark Felt era «Garganta Profunda»».
El sitio citó las palabras de Bradlee desde una perspectiva más amplia: «Lo que me abruma es que ese maldito secreto haya perdurado tanto tiempo», dijo.
Por Katharine Q. Seelye
De The New York Times
Traducción: Luis Hugo Pressenda

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