Las noticias no son buenas. Somos no de los tres países latinoamericanos con más bajo índice de crecimiento democrático. Ocupamos el puesto 16 entre dieciocho naciones del área. Sólo están peor que nosotros, Guatemala y Venezuela. Sí, estamos hablando de este año, de 2005, por supuesto, y de una investigación que hace poco adelantó la Fundación Konrad Adenauer, en asocio
con el portal Polilat.com.
Según el estudio, y eso es aún más grave, decrecimos con respecto al año pasado, y descendimos en relación a la medición de hace dos y bajamos si miramos los resultados de hace tres. Sí, la calificación es mala por donde se le mire.
El trabajo, que está disponible en Internet, hace un análisis comparativo de la evolución de las instituciones pero también de las sociedades y muy
especialmente de los dirigentes de esta parte del planeta y su compromiso en la construcción de democracia.
Sobra aclarar que no se trata de una encuesta ni de una medición cualitativa ni de apreciación subjetiva, como sabemos los colombianos que se hace en las
encuestas.
No, es un estudio serio que se apoya en la formulación de una metodología
transparente, técnicamente sólida, con un conjunto de datos homogéneos y
confiables.
La conclusión del informe es lapidaria: “Colombia ha descendido notablemente en su desarrollo democrático y está ubicada en los últimos lugares, muy por debajo
del promedio de la región