Por Omar Rincón
Se busca intérprete es un concurso que juega al reality y termina siendo un gozoso musical. Es un divertido programa que permite que el televidente se encuentre con sus modos más emocionales de identidad: la música.
El programa está bien realizado, visualmente es bonito, su presentación es coherente y su tono colombiano se siente. Lo mejor es la puesta en escena de los ritmos y modos musicales de ser colombianos.
El grupo más auténtico es el popular, hecho de ranchera, corrido, balada y bolero. Lo mejor de este grupo no es la selección de los intérpretes, flojos en su mayoría, sino su galán, su ídolo, su patrón: Don Galy ‘Me bebí tu recuerdo’ Galeano: su pinta, su estilp y su hablar constituyen un homenaje al ser popular, a ese ‘exceso’ que tiene alma que mueve a la gente, ese que no es «un espanto, sino buena gente». ¡Fenómeno!
El grupo ganador tal vez sea el del vallenato, porque es la real música de Colombia.
Aunque Silvestre Dangond y sus ocho seleccionados poco transmiten, lo que sí hay es fuerza en la música que cantan, porque el vallenato emociona, cuenta historias, sugiere un sentimiento que solo es de por aquí. ¡Sentimiento!
El de más farsa es el pop-rock. Pura apariencia, nada de esencia. Esnob ‘rebelde’ y falsa ‘energía’, nada de autenticidad. Todos se pintan de estrellas y cantan sin ton ni son.
Naty Botero es bonita y registra bien, pero se queda sin verbo ni emoción televisiva. El pop-rock nacional no conmueve. ¡El rock está en otra parte!
Sabrosura, verdad e identidad es lo tropical y la salsa de Yury Buenaventura. El mejor grupo. Talento a la lata, esencia cultural, fuerza corporal y ritmo de encanto. En este grupo todos emocionan y cantan bien. Lástima que la salsa ya no sea el ritmo colombiano. ¡Sabrosura!
El encantador es Tostao, el urbano, porque tiene verbo, improvisa como los dioses, reinterpreta los sonidos de la cultura local con sabor a las neurosis citadinas.
Lástima que su grupo sea más bien flojo: poca comunicación y nada de encuentro sentimental con el televidente. Con Tostao, lo urbano-hip-hop-reguetón es grande.
Se busca intérprete es bonito y fácil de ver; hay diversión y encanto. Lo mejor es que ahí nos encontramos los televidentes en espejos de lo que somos: mucho de vallenato, bastante de popular, seducción tropical, poco rock y nada urbanos. Músicas nuestras y televisión divertida, una buena fórmula.
OMAR RINCÓN
CRÍTICO DE TELEVISIÓN
orincon61@hotmail.com