Por Omar Rincón
En Colombia nos encanta reír. Toda conversación busca desesperadamente el humor. Nos reímos mucho pero no tenemos buen humor, tanto que la comedia en televisión no es un género de rating.
La tradición de comedia tiene referentes exitosos en sintonía y referencia cultural como Yo y tú, Don chinche, Romeo y Buseta, Dejémonos de vainas, Vuelo secreto, La tele, Zoociedad y Quac. Y se acabó.
La comedia de antes trabajaba sobre épocas cuando la pobreza era digna y creativa; cuando se podía criticar al gobierno sin ser terrorista; cuando más que chistes se buscaba el argumento. El país cambió y también de qué reírnos. Hoy, reír es un asunto diferente y muy serio y muy urgente.
El último intento de comedia es Clase ejecutiva, del canal Caracol. Y nada. Ni una risita. Todo sobreactuado. Historia de marrullitas y vivecitas y sexito… y de aquello nada. Nada de situaciones que ironicen la vida, que intenten juegos con la realidad, ironías sobre nuestros modos de ser.
Falta contraste entre los personajes, diversidad de tono en las historias y las actuaciones. Celebración de la viveza y el chascarrillo como «situaciones» humorísticas.
Lo que pasó es que el género de la comedia fue asumido por la telenovela. Yo soy Betty la fea y su cuartel de las feas era una brillante comedia, por ejemplo. Sin tetas no hay paraíso y El cartel fueron éxito porque se tomaban la realidad en tono de humor. La telenovela colombiana es la que ahora hace reír.
Canal Caracol se especializó en telenovela-comedia. Pedro el escamoso, Pecados capitales, Nuevo rico nuevo pobre y Vecinos fueron exitosas porque se tomaban en serio las historias y contaban en tono de melodrama mezclado con comedia. Pero Caracol decidió explotar al infinito la fórmula con Muñoz vale por dos, Ceci y el imprudente, El encantador, Clase ejecutiva… todas muy parecidas, un idéntico infinito, puro chiste y nada de drama.
El resultado: Caracol se ha convertido en un canal de cuenta chistes. Y su modelo es Sábados felices; historias del sexo morbosito. Comedias desconectadas de las necesidades sentimentales y sociales de los televidentes. Mucho chiste, mucho sexo y poco humor sobre la realidad. Se abusó tanto de la fórmula que ya no produce risa. Por eso, Clase ejecutiva no hace reír.
Y es que el humor es un comentario serio, recursivo y crítico sobre la sociedad. La comedia requiere otros formatos, otros modos de narrar, otros personajes, otras situaciones, otros conceptos. La comedia es un género muy serio y muy necesario para pensar la realidad. Lástima que no haya buenas comedias porque nos hace falta mucho volver a tener humor que nos haga pensar en este país de chistosos sin oficio. ¡Nos falta humor para dejar de reír tanto!
ÓMAR RINCÓN
COLUMNISTA DE TV
orincon61@hotmail.com