La periodista del New York Times encarcelada por no revelar sus fuentes de información accedió a declarar y saldrá en libertad. Miller testificará ante el juez de la causa que investiga a Karl Rove, asesor político del presidente Bush, luego de que se revelara la identidad de una agente secreta de la CIA. La información la publicó el diario El Mundo (España)
La periodista de «The New York Times» Judith Miller, que ingresó en prisión en julio por negarse a testificar sobre la filtración del nombre de la agente secreta de la CIA Valerie Plame, ha sido liberada tras acceder a testificar.
Miller fue enviada a prisión el pasado 6 de julio ante su negativa a comparecer ante un gran jurado que investiga quién en el Gobierno de EEUU filtró el nombre de la agente Plame.
Revelar a sabiendas la identidad de un espía es considerado un delito.
Miller abandonó la prisión federal de Alexandria (Virginia) después de alcanzar un acuerdo con el fiscal federal Patrick Fitzgerald, que encabeza la pesquisa en marcha. Según medios locales, Miller comparecerá hoy ante el jurado que investiga el caso.
El jurado trata de determinar si existen pruebas suficientes que demuestren que se ha cometido un delito.
Una larga polémica
La ocupación secreta de Plame se conoció en 2003, pocos días después de que su marido, el ex embajador Joseph Wilson, refutase la acusación realizada por el presidente de EEUU, George W. Bush, de que Sadam Husein había intentado comprar uranio en Níger para fabricar una bomba atómica en Irak.
Wilson afirmó que la filtración fue una medida de represalia de la Casa Blanca y apuntó directamente a Lewis «Scooter» Libby, el jefe de gabinete del vicepresidente Dick Cheney, como responsable.
Por su parte, la revista «Newsweek» publicó un artículo en el que se aseguraba que Karl Rove, principal asesor político de Bush, fue una de las fuentes a las que recurrió el reportero de «Time» Matthew Cooper para la redacción de una nota sobre Plame.
La Casa Blanca aseguró en repetidas ocasiones, durante los dos años que lleva abierta la investigación, que despediría al «soplón» y que Rove no tenía nada que ver con el caso.
Tras la publicación de la información en «Newsweek», los responsables estadounidenses optaron por una postura más cauta, al indicar que preferían no pronunciarse al respecto, ya que hay una investigación en marcha.
Rove reconoció, por medio de su abogado, que había hablado con Cooper, aunque señaló que no había desvelado, a sabiendas, la ocupación secreta de Plame.
Miller ingresó en prisión a pesar de que, a diferencia de Cooper, nunca llegó a escribir un artículo sobre Plame y se limitó, simplemente, a hacer averiguaciones al respecto.
A diferencia de Miller, Cooper sí testificó ante el jurado, que finalizará sus investigaciones el próximo 28 de octubre, cuando tendrá que decidir si se cometió o no un delito.