Por Elena de Regoyos
Periodista Digital
Martes, 4 de octubre 2005
Bush está de vacas flacas, por lo menos en lo que a popularidad se refiere. Y cuando uno va de mal en peor, lo mejor es no dar más motivos para que hablen, y eso se hace evitando a la prensa. Tal vez el presidente de Estados Unidos pretendiera no volver a dirigirse personalmente a los medios de comunicación, pero seis meses sin hacerlo ya «cantaban», y este martes, tras mucho meditarlo, lo hizo en la Casa Blanca. Quizás pensó que más vale encaminar lo que quiere ver publicado al día siguiente, que dejarlo al libre albedrío, que últimamente no le era cprecisamente favorable.
Las encuestas de George W. Bush le dan un 40 por ciento de popularidad, el nivel más bajo de su mandato. Hace diez días, Washington fue escenario de la mayor manifestación de oposición al Gobierno de Bush, cuando unas 100.000 personas desfilaron alrededor de la Casa Blanca para exigir el retorno de las tropas estadounidenses enviadas a Irak. Más del 65 por ciento de la ciudadanía se opone ahora a esta guerra, al tiempo que la situación económica sigue siendo de incertidumbre debido al aumento de los precios de los combustibles.
Por otra parte el Partido Republicano, que Bush encabeza, encara el enjuiciamiento del líder de su mayoría en la Cámara de Representantes, Tom DeLay, acusado de conspiración para lavar dinero, y también la investigación abierta al jefe de la mayoría en el Senado, Bill Frist, por presuntas maniobras financieras ilegales.
para acabar de arreglarlo, en el último mes su popularidad ha sufrido un grave deterioro debido a la respuesta del Gobierno federal al desastre que causó el huracán ‘Katrina’, criticada por lenta e inadecuada.