Ya otros han allanado el camino: Borges, Octavio Paz y Daniel Samper Pizano con sus brillantes exégesis y antologías de los versos chuecos, de los mejores peores versos, los versos malformados, infortunados y ruinosos. Más prosaico pero no por ello menos exitoso, Juan Ricardo Lozano, también conocido como Alerta, ha popularizado los cuentahuesos, los chistes cursis, flojos, ingenuos y algunas veces graciosos a pesar de su deprimente calidad. El valor de unos y otros no reside den el cúmulo de risas que originan, sino en el absurdo de su significado, en abierta contravía con el buen gusto, del sentido común y la misma hilaridad.
Pretenden seguirle la ruta (con las evidentes y obvias carencias de gracia y estética) los más recientes acontecimientos de la vida nacional en aparente carrera por ingresar a la antología de los mejores peores cuentos chuecos extraídos de la huesera de la actualidad.
Encabezan la lista los horripilantes cuentos de Palacio que pretenden justificar los capotazos a la ley lectoral, al equilibro informativo en la televisión por cable y al uso de los estamentos de gobierno para estar en abierta campaña, tejiendo cortinas de humo y reencauchando olvidadas estrategias de propaganda más imposibles que Caperucita.
Pelean el liderazgo las cifras del Dane cuando hablan de costo de vida, (dónde encuesta el Dane?), o cuando confunde a ocupados con empleados para maquillar las cifras de puestos de trabajo (suman los que hacen fila en el Factor x, Cambio Extremo y en el Circo Romano?).
Muy cerca de los primeros lugares están las encuestas que un día ubican a Uribe con 48% de intención de voto y unas horas después se elevan al 56% ( o no es el más flojo de los chistes, ese de que el escándalo con Pardo no afectó al Presidente Teflón y luego nos enteramos que la mayoría de la población encuestada ni siquiera se enteró del bochornoso incidente?).
También tiene votos las rabietas con pistola incorporada de Fernando Londoño por rabias caninas, la desfachatez de Serpa al seguir en Campaña, las mechoneadas, con cueritos al sol, de Benedetti y Vargas Lleras, los portazos que sus amigos de siempre le dan a Eleonora Pineda y Rocío Arias, la “brillante