En una reciente columna el expresidente Alfonso López Michelsen,reabrió el debate sobre las posbilidades de supervivencia que tienen los periódicos de papel. El tema ya había sido tratado en diversos medios como The Economist y portales especializados. Aquí uan reseña de esas publicaciones.
¿Muerte de los periódicos?
Publica El Tiempo
Los diarios han jugado, a lo largo de su existencia, un papel fundamental en la sociedad, de contrapeso y aporte.
El ex presidente Alfonso López se suma a quienes pronostican la desaparición de los grandes periódicos, seguramente estimulado por el reciente artículo de carátula de The Economist sobre ‘¿Quién mató al periódico?’.
Esta partida de defunción a la prensa escrita no es nueva. Desde Marshall McLuhan, en los años 60, con el fenómeno de la radio y la televisión, pasando por Ted Turner con el de CNN y Bill Gates, cuando Microsoft ingresó a la información, se ha firmado su acta de defunción.
Lo que estamos viviendo no es la desaparición de los periódicos, sino un intenso reacomodamiento de todos los medios tradicionales. La Internet, el computador personal, la elevada penetración del teléfono celular, la televisión paga y sus más de 100 canales y todas las nuevas herramientas tecnológicas que a diario salen al mercado, sin duda han impactado a todos los medios, sin excepción.
La tradición de depender solo de su periódico matutino para informarse, o únicamente del noticiero de TV o de la radio, es, sin duda, un hábito que está cambiando, ante la proliferación de nuevos medios. Esta sí es una realidad. Ningún medio está creciendo fuera de la Internet; todos los tradicionales se están fraccionando y decreciendo en audiencias y están cambiando su modelo de negocio.
Los periódicos no son una excepción, pero más que desapareciendo, se están transformando. Y ahora, con sus marcas en la Internet, han logrado un gran aumento en su número de lectores, que en realidad significa más circulación. Tal vez lo más importante de la nueva dinámica de los diarios, con su versión en Internet, ha sido lograr un activo que antes no tenían: respuesta inmediata e interacción con sus audiencias.
El fenómeno de desplome que menciona López es propio del mercado norteamericano debido a la presión de los resultados a aquellas empresas periodísticas que están en la Bolsa de Nueva York. No conozco casos de disminución de circulaciones del 20 por ciento en diarios importantes, aunque sí se está viendo un estancamiento o decrecimiento leve en periódicos impresos vendidos. Algo similar ocurre con la televisión abierta, que ha perdido audiencias ante la cantidad de nuevos canales en la pantalla. Especialmente preocupante es el tema de la circulación en las revistas noticiosas semanales.
El contenido de los diarios ha venido variando, pero más por la apertura de la sociedad a nuevos temas -el aborto, el acoso sexual, el sida- que por estrategias para aumentar la circulación.
También por lo que nos dicen los lectores jóvenes a diario, de estar aburridos de tanta política en el contenido, y su solicitud de que la información refleje más el mundo real en el que viven, y no solo el de los salones cerrados o las salas de juntas.
No entendí la alusión a revistas como Caras, Donjuán y Nueva, que son únicamente estrategias de las casas editoras para llegarles a segmentos nuevos de audiencia, que nada tienen que ver con fusiones o la necesidad de ganancias para justificar la «supervivencia».
Comparto, sí, con el doctor López la preocupación sobre el posible debilitamiento de los periódicos por la proliferación de medios y por el fenómeno de que la información se está convirtiendo en un commodity fácil de conseguir, a muy bajos costos y no pocas veces gratis.
A través de sus largos años de existencia, los diarios han jugado un papel fundamental en las sociedades democráticas, como contrapeso de los gobiernos y grandes grupos económicos, como defensores del ciudadano, aportando opinión, análisis y crítica. Elementos críticos para una sociedad libre, que sería muy peligroso que desaparecieran.
* Presidente Casa Editorial EL TIEMPO
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Nuevos y negros presagios para la prensa en papel
Redacción de Baquía
Periódicamente los expertos echan los dados tratando de calcular el año en que los diarios dejen de editarse en papel. Ahora se habla de 2043, al menos por parte de Philip Meyer, autor del libro The Vanishing Newspaper.
Hace algunas semanas, The Economist publicó interesantísimas reflexiones sobre este tema. Y es que, o los actuales diarios corrigen los errores de bulto que están cometiendo en su acercamiento al periodismo digital, o la suerte estará echada quizás antes de lo que creen.
Los gurús más reputados no creen que despedir redactores, escribir sobre ocio o comprar diarios gratuitos vaya a servir para arreglar este estado de cosas. La competencia de Google News y la proliferación de blogs, muchos de ellos elaborados por expertos en las materias que tratan (ni punto de comparacíón con los numerosos becarios/as que pueblan las redacciones), es ya casi insoportable.
Otro factor preocupante es el creciente abismo entre lo que los periódicos publican y lo que gusta a la gente. En este sentido hay un buen ejemplo: el matrimonio entre Mentos y Coca-Cola ha sido una de las cosas más vistas en ciertos medios.
En nuestro país, posiblemente también en otros, los diarios gratuitos se están asentando con fuerza. El País, El Mundo y los grandes medios deben darse cuenta de que los lectores parecen estar hartos de tanta política, quieren informaciones breves y que les afecten de manera más inmediata, así como deportes, ocio, estado del tráfico…
El futuro, pues, parece estar en los grandes medios capaces de adaptarse con éxito al entorno digital. En todo caso, prepárense: se avecina una auténtica revolución informativa.
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The future of newspapers
Who killed the newspaper?
“A GOOD newspaper, I suppose, is a nation talking to itself,