Debería saber el Ministro Carrasquilla que no siempre pasan a la historia quienes solucionan los problemas. Se hizo famoso, por ejemplo, en las ciencias exactas, el alemán David Hilbert por compilar en 1900 los 23 problemas matemáticos, causa de jaquecas y desvelos de sus colegas en el mundo hasta nuestros días.
Siguiendo su ejemplo un siglo después David Gross hizo lo mismo (es decir, ingresó al boulevard de las estrellas) y planteó los diez problemas no resueltos de la física.
Sin héroes tan afamados, se puede decir que lo mismo pasa en otras ramas del conocimiento como la medicina, la biología y hasta la informática. Para alivio del Min-Impuestos, también en la economía hay múltiples problemas que nadie ha podido solucionar, así se haya sido decano universitario, como él, o se tenga el conocimiento de Juan Camilo Restrepo o el repentismo de Guillermo Díaz.
Si ningún economista en el mundo ha sido capaz de responder científicamente preguntas como ¿Puede el intervencionismo hacer que las cosas vayan a peor? O ¿Se puede explicar el Equity Premium Puzzle? (que parecen tan elementales que hasta Jotamario Valencia podría contestar), ¿Porqué el Min-Carrasquilla está obligado a encontrar las causas del mayor misterio colombiano del año: que el crecimiento esté disparado y el desempleo siga en caída libre, como si fuera congresista con un link en el computador de Jorge 40?
Debería el Ministro salir a decir que la paradoja de esa relación (la de crecimiento y desempleo, se entiende) es como Quattro y que nadie puede describirla, o utilizar la respuesta esa tan nuestra, tan colombiana (para seguir con el lenguaje gaseoso) cuando nos sentimos corchados. “Ve, tan raro

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