Por: Unidad de datos
El video revelado por ‘La F.M.’, que muestra una conversación de contenido sexual entre el capitán de la policía Ányelo Palacios y el entonces senador Carlos Ferro, mientras este último maneja su carro oficial, abre un debate pertinente entre periodistas sobre si era o no necesaria su publicación como prueba de una investigación periodística.
Algunos han considerado que fue excesivo y otros llaman la atención sobre la necesidad de que se analice el video en el contexto de la investigación y no como una pieza por separado. (Publica El Tiempo)
Agrega que la audiencia en general no se puede quedar solamente en el debate de la vida privada: “Acepto críticas y opiniones diferentes, pero creo que el debate principal es la crisis en la que está la Policía. Mi obligación editorial es que sentí que era necesario publicar el video y lo publicamos ya estando judicializado”.
Mario Morales, director del Departamento de Comunicación Social de la Pontificia Universidad Javeriana, expresó que hay tres aspectos que “contaminan” la decisión periodística para publicar el video: “Es un video inducido, no tiene ningún indicio judicial o periodístico que genere o confirme o dispare algún tipo de investigación; es un video que sobrepasa los linderos de la privacidad y la dignidad con un contexto que no existe”.
Para Javier Darío Restrepo, maestro de la Fundación Gabriel García Márquez, lo primero que se debe tener en cuenta al analizar el tema es que en cuestiones de ética nadie es juez de nadie. Por tanto, el debate se debe centrar en recordar algunos principios para que cada quien los aplique.
“Los personajes públicos tienen un espacio menor de intimidad que la persona común y corriente. La razón de que tengan un espacio menor es que ellos manejan asuntos públicos por los que tienen que responder ante la sociedad”, dijo.
Con relación a si el video tiene que ver con la vida privada del personaje público y por tanto no aporta a la investigación, Restrepo indicó: “Cuando un periodista entra a examinar la vida personal de alguien que está en el sector público debe hacerlo si esto llega a servir al bien público”.
Olga Behar, investigadora y maestra en periodismo de la Universidad Santiago de Cali, sostuvo: “El periodista no debe autocensurarse, en el sentido de que si consigue un documento que soporte la investigación, no debe privar a la opinión pública de esos hallazgos que sirven al sustentar el tema; pero el periodista debe tener la capacidad de editar aquellas partes que comprometan la dignidad y la vida personal de cualquier ciudadano”.
Explica Behar que la probable relación que podía existir entre la ‘comunidad del anillo’ o los favores sexuales por parte de policías y congresistas, si es un tema que se está trabajando en la investigación, el video es una prueba. “Pero con 30 segundos de video es suficiente. Lo demás es exceso y no es buen periodismo”, puntualiza.
Por su parte, el director del periódico ‘El Heraldo’, Marcos Schwartz, señala: “Se debía prescindir del video y bastaba con explicar en un texto lo que representaba. Los detalles que había en ese video, desde mi punto de vista, no son necesarios para hacer entender la información o seguir la investigación. El video es redundante. No era necesario reproducirlo totalmente”.
Fernando Ramírez, editor de Noticias del diario ‘La Patria’, se refiere a la falta de análisis a la hora de tomar decisiones editoriales: “El periodismo es de casuística y hay criterios para cada caso. Si hablamos en este caso, uno ve cierto ánimo vindicativo. Creo que a los periodistas nos sigue faltando la reflexión previa para publicar. Las salas de redacción no pueden ceder la capacidad reflexiva que se debe tener ante noticias complejas. El componente de informar tiene otro pedazo y es el de la responsabilidad social, que poco tienen en cuenta ciertas figuras del periodismo”.
Finalmente, Omar Rincón, director del Centro de Estudios de Periodismo de la Universidad de los Andes, precisa: “La investigación es buena y necesaria, pero el video no es significativo para el caso. Creo que a muchos periodistas los está afectando el síndrome de Watergate. Se ha vuelto de moda querer ser buen periodista tumbando a alguien y no lo de fondo, que para el caso analizado es la presunta corrupción que está ocurriendo en la Policía”.
El debate sigue abierto, porque como lo planteó la directora del portal La Silla Vacía, Juanita León, se abre una polémica sobre los límites de hacer periodismo en Colombia.
UNIDAD DE DATOS
Redacción ELTIEMPO.COM