Defensora del lector de El Tiempo
COLUMNA DEFENSORA
(Noviembre 7 de 2004)

Verdadera o falsa, una noticia espectacular pasó casi inadvertida. Una ‘breve’ de la sección económica del periódico del 15 de octubre anunciaba que en dos años de ‘caravanas turísticas’ (protección militar de las rutas) se realizaron «193 millones de viajes de personas y cerca de 50 millones de viajes de vehículos por las carreteras colombianas». En el exterior, en cambio, se asombraron tanto que varios medios reprodujeron la nota. Cuatro días antes, el 11 de octubre, los lectores de EL TIEMPO tampoco repararon en un artículo sobre una encuesta, según la cual «el 94 por ciento de los colombianos viaja solo una vez al año… buscando sol y playa».
En otras palabras, se podía concluir que 42 millones de nacionales (el 94 por ciento de 45 millones de habitantes que somos*) visitaron las playas. Ese panorama estadístico tenía que ser, evidentemente, el milagro de desarrollo más impresionante de país alguno en el mundo.

Una experta en la materia me escribió para protestar porque «ni las naciones más ricas tienen una estadística así», y razonaba a través de interrogantes: «Falta lo fundamental: ¿cuántos tienen el privilegio de viajar? ¿Cuántos tienen vacaciones? ¿Puede uno tragar entero y desinformar tanto?». Averigüé y encontré que una misma periodista había escrito las publicaciones en cuestión. Ella me dijo que la ‘breve’ sobre las caravanas surgió de una rueda de prensa con el Ministro de Comercio, el director de Turismo y el Comandante de la Policía de Carreteras para entregar los resultados de la reactivación de los viajes terrestres. Y que el informe del 11 de octubre tuvo su origen en un seminario, en el que se reveló un estudio sobre el tema, adelantado por el Dane y la Dirección de Turismo (Ditur). Así que teníamos dos informaciones y sendas fuentes oficiales.

Decidí indagar por mi propia cuenta. Primero, busqué en la web de la Ditur cifras sobre las caravanas y encontré que estaban los datos que salieron en el diario y que, además, había otros que parecían igualmente absurdos que los que encabezan esta columna. «33,5 millones de personas se movilizaron en el 2002, mientras que en el 2003 se movilizaron 80,4 millones…», decía la página. Llamé, entonces, al director de Turismo, Gustavo Toro. Él me explicó que los números se obtuvieron mediante conteos realizados en los peajes. Le pregunté si cada vez que un carro atravesaba uno de esos puntos lo contabilizaban. Asintió y añadió que también calculaban un promedio de cuatro pasajeros por coche. Ejemplo: de Bogotá a Girardot hay tres peajes. Al final del recorrido, un auto que sale de la capital ha quedado registrado en las estadísticas de la Ditur como si fueran tres vehículos y doce pasajeros. Ante mis dudas, el doctor Toro contestó que aunque las cantidades no fueran reales, lo importante era la tendencia positiva y el crecimiento anual.

En segundo término, revisé el comunicado sobre la encuesta, que la redactora todavía conservaba, y lo comparé con la web de la oficina de Turismo para determinar si había una mala interpretación. En ambos documentos estaban las afirmaciones del artículo; en conclusión, la periodista no inventó nada. Se limitó, sí, a transcribir lo que sus fuentes sostuvieron. Y el misterioso 94 por ciento de viajeros colombianos ¿de dónde salió? Cuando le pregunté, por curiosidad, el director de Turismo me remitió al Dane. Tras una consulta, vi que dicho porcentaje no existe en el análisis original. Confieso que este hallazgo me sorprendió tanto como el de las caravanas. Leí que el estudio se centró en la población urbana y que «el 20 por ciento (de esa población), que asciende a 6 millones 145 mil personas, realizó uno o más viajes entre agosto de 2002 y julio de 2003», cifra que incluye un año completo y todos los sistemas de transporte. Nos aproximamos, por fin, a la verdad. Hay, pues, una astronómica distancia entre la versión de la Dirección de Turismo y la del Dane.

Una mirada a territorio extranjero basta para entender la magnitud de los errores. Francia, líder en recepción de viajeros, registró 75 millones de turistas en 2003. Estados Unidos, tercero en el mundo, tuvo 40,4 millones. ¿Cómo es posible que un funcionario serio sostenga que únicamente en las caravanas del año pasado se movilizaron 80,4 millones de personas? De otro lado, ¿por qué los medios publican informaciones descabelladas sin chistar? La reactivación del turismo es importante para demostrar que el programa presidencial de seguridad democrática tiene éxito. Es probable que ahí radique la necesidad de exhibir grandes cifras, bajo la creencia de que «la gente tiene un umbral limitado de percepción numérica que depende de su capacidad de abstracción», como reflexionó un conocido sicólogo de masas que llamé. Pero nadie puede desafiar la sensatez. Por lo demás, la propaganda política no es noticia. Es solo eso: propaganda. Y los reporteros deben ser conscientes de ello, para no dejarse utilizar.

* Población proyectada a junio 30 de 2004. Fuente: Dane, estadísticas audiorrespuesta.

deflector@eltiempo.com.co

Suscribir
Twitter
Visit Us
Follow Me
YOUTUBE
LinkedIn
Instagram