Por Mario Morales
Y entonces uno trata de entender y dice para sí “así es la política”, y si insiste, hasta encuentra justificaciones: que los apoyos variopintos, y para nada desinteresados, fueron decisivos para la reelección de Santos, y que si no fuera por esos voticos, otro gallo cantaría y que en vez de esta politiquería estaríamos en manos de los delirios uribistas… (Publica El Espectador)

Y puede que sea cierto, pero puede que no, ahora que todos reclaman al presidente la autoría material e intelectual de su triunfo en junio pasado. Y así pareció que fue, una sumatoria de esfuerzos de partidos, agrupaciones, comitivas, equipos y facciones, cuyo aporte matemático es imposible de establecer… Salvo que ellos sepan cosas que nosotros no.

Con todo y eso resultan, por decir lo menos, repugnantes las presiones al primer mandatario dizque para lograr “representatividad” en los cargos ministeriales. Ha habido de todo: desde corrillos, declaraciones destempladas, entrevistas señaladoras, críticas acérrimas por la salida y entrada oportunista de algunos miembros, hasta la descarada inasistencia de los parlamentarios costeños de la U a la reunión que tenían con Santos ayer, dizque porque no tuvieron cuota suficiente en la flamante burocracia.

Dan vergüenza, ellos y los que así piensan, no sólo porque si actuaron con ese espíritu manzanillista no merecen estar al frente de nuestros destinos, sino por el cinismo de reclamarlo a los cuatro vientos, como si fuera un proceder ético o transparente. Se comportan como politiqueros, esa innoble raza instalada en nuestra historia, y ni tienen pudor de posar como tales.

Claro, se podrá decir que da lo mismo si lo hacen en secreto y no nos enteramos. Pero no. Algo va de las actuaciones indelicadas pero clandestinas a la “normalización” y legitimación de prácticas políticas cuasi convertidas en derechos adquiridos.

Esas presiones se mantendrán hasta la hora de alianzas y consensos que requiere el Gobierno en la agenda legislativa. Terminados los nombramientos, ¿qué queda? ¿Mermelada? ¿Con esos valores enfrentarán posconflicto, El Niño, la rabiosa oposición?

En las mismas…

Link: http://www.elespectador.com/opinion/mismas-columna-510257

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