Por Mario Morales
SORPRESIVOS LOS RESULTADOS DE la más reciente encuesta de Bogotá Cómo Vamos. Sorpresivos, digo, para quienes hicieron de la administración Petro un caballito de batallas politiqueras, incluso antes de posesionarse, y para quienes siguen haciendo lo mismo, con la intención de apoderarse del segundo cargo más importante del país, luego de la viudez de casi tres lustros. (Publica el Espectador)
En la encuesta comparada de 14 ciudades, a Petro lo aprueba uno de cada tres bogotanos y la mitad lo respalda en favorabilidad. Nada mal para tener en contra a la gran prensa, líderes de opinión y manzanillos despechados que no paran de cacarear.
A pesar de que el sondeo, realizado en el segundo semestre de 2014 e inicio de 2015, todavía corresponde a momentos de efervescencia por climas de fuerza inducidos para que el alcalde no terminara el mandato, esta foto parece ecuánime: rajado en movilidad y seguridad, dos de los temas más sensibles, y visibles en las narrativas mediáticas, así el segundo no esté lo suficientemente ponderado.
No obstante la artillería propagandística y los evidentes descaches, falta de ejecución, terquedad y soberbia del alcalde, la autoestima de los capitalinos también está cerca del 50%. Cifra similar para quienes se sienten satisfechos de vivir aquí, con una baja en autopercepción de pobreza (15%), y con satisfacción por encima del 50% en educación, servicios, públicos, salud y en oferta de recreación, cultura y deporte.
No se trata de los resultados más alentadores para una ciudad que debe ir a la vanguardia en todo; ni de una defensa de Petro, lo que sería un despropósito hoy; sino de una mirada desapasionada de los ciudadanos que está lejos de la debacle profetizada y sobre la cual algunos pretenden montar plataformas electoreras.
Pero sobre todo es un fuerte llamado de atención para evitar el adanismo y la tierra arrasada desde enero próximo. La ciudad más que nunca necesita recuperar los aciertos en los últimos 20 años e incorporarlos en sus proyecciones para recuperar su liderazgo.