Por Mario Morales
El desdén, la soberbia y la ausencia de reconocimiento en el otro de un interlocutor legítimo tienen en ascuas la negociación del Gobierno con el Eln.
Pero no son los únicos valores básicos de la resolución de conflictos que se han resquebrajado en el tira y afloje mutuo con miras a llegar fortificados al arranque formal de los diálogos que ya va cumplir dos semanas de retraso. El más afectado es el de la confianza por faltas incomprensibles a la verdad y a la palabra empeñada. (Publica El Espectador)
Y son incomprensibles para la inmensa mayoría de los que no conocemos los intríngulis de los acercamientos y que ignoramos los alcances de lo realmente acordado confidencialmente.
A primera vista se antoja que han sido sucesivos los golpes de mano de ambas partes, como la inclusión, aparentemente inesperada, de la liberación de Odín Sánchez como condición para instalar la mesa. Tampoco quedan claro los contextos jurídicos negociados en torno al indulto de dos guerrilleros para que funjan como gestores de paz y que son escollos para el necesario entendimiento que impulse el arranque de las conversaciones.
Unos y otros parecen estar en el proceso “como por no dejar”, a sabiendas de que los tiempos no dan ni en las cuentas del más optimista. Son concientes también que la eventual mesa con los elenos no puede seguir jugando el rol de comodín para elevar los bajonazos de ánimo colectivos ni ser el sombrero del ahogado si no se cristaliza el acuerdo con las Farc, proceso que luce paquidérmico con los más de 500 puntos de los tres temas de la agenda negociados con los líderes del No y que ahora deben ser retocados con las Farc en La Habana.
Esos vaivenes, rectificaciones y contradicciones de micrófono no solo contaminan el ambiente para echar a andar la mesa formal, sino que incide en el distanciamiento, apoyo y credibilidad de la población que muestra síntomas de fatiga por acumulación enlo que tiene que ver con las Farc, y de pesimismo en lo que toca al Eln.
Cuadro clínico que muestra de que no se está haciendo la tarea y que no se aprendió de la pasada lección.