Por Mario Morales
Comenzó el año electoral en serio. Y no sólo por el calendario. La ponderación evidente en los ciudadanos recientemente encuestados en cinco capitales principales por Cifras y Conceptos lo deja en claro. Se nota que aún no entran en juego propagandistas, publicistas ni la guerra sucia. (Publica El Espectador)
La encuesta que midió opciones para octubre dejó ver también que las mejores evaluaciones durante el año pasado se las disputan los alcaldes de Medellín, Barranquilla y Bucaramanga. Y aunque Petro sale mal librado en los temas más sensibles, como seguridad, infraestructura vial y movilidad, no le van tan mal en vivienda, medio ambiente, servicios públicos y educación. Se raja, sin duda, pero no fue la debacle que pintan detractores consuetudinarios. Tampoco sorprenden los partidores para las próximas elecciones locales. Álex Char barre en Barranquilla, Alonso Salazar puntea en Medellín y Roberto Ortiz hace lo propio en Cali.
Que en Bogotá encabece la intención de voto Clara López con 6 puntos porcentuales de diferencia sobre Rafael Pardo, mientras los demás son duplicados o triplicados, habla de la proverbial madurez política de los capitalinos. López y Pardo, desde orillas bien distintas, son los candidatos de mayor trayectoria, seriedad y coherencia.
Los demás no tendrían opción si se mantuvieran la sobriedad y el decoro. Comenzando por Pacho Santos, que va en caída libre (perdió 3 puntos) sin contar con el desgaste de su partido y la voluminosa imagen en contra. La aparición de Peñalosa sólo mete ruido a la disputa, habla de la falta de gerencia en Bogotá, y se ve opacada por alta desfavorabilidad.
No he mencionado el voto en blanco que, como pasa en estas instancias, tiene los mayores porcentajes de “intención” en todas las ciudades, salvo en Barranquilla. Luego se disolverá inexorablemente.
Por ahora, y sin mediar contaminaciones, los anónimos encuestados dan ejemplo de ponderación a dirigentes y opinadores.