Uno no sabe si reír o llorar. Ahora resulta que todos son de centro. El último en inscribirse con matrícula extemporánea es Plinio Apuleyo Mendoza.

Cómo cambia el tiempo. No hace mucho, decir que uno era de centro, era una forma de escurrir el bulto y de nadar en las aguas tibias. Como diría Serpa, Ni chicha ni limoná.

Pero cuando los odios arreciaron, y los partidos fueron reemplazaron por los insultos, los engaños y los prejuicios, confesarse de centro era una suerte de paz y salvo entre tanto sectarismo, de ese en el que se impone el que más grita y en el que al final todos salen más aferrados a sus ideas que al principio.

Pero el centro, como ocurre en las ciudades, se fue corriendo por conveniencias Entonces lo cool era ser de centro derecha, o de centro izquierda; como si las ideas políticas fueran ese galimatías con el que se ganan la vida esos pedantes elefantinos que son ciertos comentaristas deportivos.

Fue entonces cuando apareció ese oxímoron, que no es una gloria de nuestro gran Millonarios, sino una figura literaria en la que una palabra complementa a otra pero tiene un sentido contrario; oxímoron que llegó con la etiqueta de  “extremo centro”, donde nos encontramos quienes sin militar en ningún partido, sin participar en ninguna milicia, creíamos en los beneficios sicológicos del diálogo hasta el extremo de aceptar los argumentos del otro, porque, como dice el viejo y conocido refrán: solo los opinadores no cambian de estupidez

Todo iban bien, hasta que aparecieron especímenes que fueron corriendo las fronteras para proclamarse de centro como el autodenominado Centro Democrático, que no es ni lo uno ni lo otro sino…

Es como si el pcc que es el partido comunista colombiano, se transmutara en el partido comunista de centro.

Pero no fueron los únicos, que de un tiempo para acá, le han creído a Peñalosa, cuando dice que el centro está recuperado, que es limpio y que es seguro y que allí, con suerte nadie se pierde.

No demora el recién elegido presidente brasileño, Jair Bolsonaro en declararse de Centro. Ya comenzó con su discurso “demócrata” y su patrasiada en torno a la intervención militar en Venezuela

Ya no será posible declararse de centro porque de Centro dicen ser:  Vargas Lleras, Gustavo Petro, Petro y hasta don Iván que le gusta estar en el centro de todas las miradas.

Aquí en el centro deben estar esos siete millones de colombianos perdidos, como Peñalosa, y que no encuentra el Dane para que le cuadren las cuentas de su censo sin fin.

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