Por Mario Morales
Hay indicadores que llegaron para crecer y multiplicarse. Son testimonios de la incapacidad humana. Esas cifras esconden el drama de las víctimas, pero también ineptitud, indiferencia, falta de voluntad política o todas las anteriores, para controlarlas. (Publica El Espectador)
Es lo que muestra el año que acaba de terminar con los asesinatos de más de 100 líderes sociales, más de 800 mujeres, o con el número de quemados con pólvora o de riñas por intolerancia, la tercera parte en celebraciones y preferencialmente en domingo.
Lo mismo pasa con las agresiones a la prensa en Colombia y el mundo: en 2016 hubo 240 víctimas, ocho más que en 2015. Si bien no hubo asesinatos, siete comunicadores fueron secuestrados, 100 amenazados, 45 agredidos y 19 estigmatizados, según la FLIP. Incluso hay indicadores fatalmente proféticos: en los primeros cinco meses de este año prescribirán cuatro casos de periodistas asesinados en 1997.
Los conflictos en medio oriente aumentaron escandalosamente los índices orbitales de libertad de prensa. Según Reporteros sin Fronteras (RSF) 74 periodistas fueron asesinados el año pasado. Hay 348 periodistas encarcelados, 179 son profesionales y los restantes, net ciudadanos o colaboradores. Peor aún, 52 reporteros son rehenes.
Los países más mortíferos son Siria, Irak, Afganistán y en nuestro patio, México con nueve asesinatos, Brasil con tres, Guatemala con dos, y Perú y El Salvador con uno.
Junto a las agresiones directas, conspiran contra la independencia periodística la impunidad, interceptaciones, precarias condiciones laborales, leyes mordaza, autocensura y la creciente concentración mediática en manos de poderosos. Por ejemplo, según RSF, el 90 % de medios estadounidenses está en manos de sólo seis empresas.
En este maremágnum preocupante, resalta la iniciativa de periodistas, medios y ciudadanos con la naciente Liga contra el Silencio para enfrentar uno de esos males, la autocensura. Por ahora hay nueve empresas y organizaciones, como la Silla Vacía, Flip, la Pulla y Vice, entre otras, haciendo lo que se debe: Periodismo. Bienvenidos.