Aumentó Violencia contra periodistas

Al menos 27 periodistas y otros trabajadores de la prensa fueron asesinados en el continente americano por razones que podrían estar relacionadas con su trabajo durante 2015. Así lo documentó la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en su Informe Anual 2015 dado a conocer el 23 de marzo. (Publica Knight Cenbter)

Además de estos casos, la oficina registró los homicidios de otros 12 periodistas “en los que no es posible determinar sin una investigación exhaustiva el vínculo con la labor de informar”.

Precisamente es el aumento de la violencia contra los trabajadores de la prensa una de las mayores preocupaciones de la Relatoría Especial que aseguró este es el tercer año consecutivo en que esta cifra crece. Así por ejemplo, en 2014 documentó 25 asesinatos mientras que en 2013 registró 18.

De acuerdo con la Relatoría, el continente se ha convertido en una de las regiones más peligrosas en el mundo para ejercer el periodismo. En el hemisferio el asesinato y el secuestro se han convertido en una de las “peores formas de censura” teniendo en cuenta los efectos que tienen no solo para las víctimas sino para la sociedad en general.

Brasil, Honduras, México, Colombia, Guatemala, República Dominicana, Estados Unidos y Paraguay fueron los países en donde se registraron asesinatos de periodistas. La mayoría de estos reporteros cubrían temas relacionados con el crimen organizado, corrupción política o representaban a sus comunidades, señaló el informe.

En Brasil se documentaron 11 asesinatos entre los que se encuentran los casos de Evany José Metzker, Djalma Santos da Conceição, Gleydson Carvalho, Israel Gonçalves Silva e Ítalo Eduardo Diniz Barros. También el de Gerardo Servián, un periodista paraguayo asesinado en un pueblo brasileño fronterizo. La Relatoría le recomendó a Paraguay colaborar con las investigaciones del caso.

Los altos niveles de violencia que afectan a Honduras han encontrado en los periodistas un blanco. Para el primer semestre de 2015, la Relatoría Especial ya había registrado el asesinato de ocho comunicadores, en cuyos casos no ha sido posible determinar el móvil del crimen. Entre ellos se encuentran los de Erick Arriaga, Artemio Deras Orellana, Juan Carlos Cruz Andara, Deibi Adali Rodríguez y Joel Aquiles Torres.

De hecho, en un informe sobre Honduras publicado antes del informe anual, la CIDH además de establecer este incremento de violencia contra periodistas, aseguró que alrededor del 96 por ciento de los crímenes en su contra permanecen en la impunidad.

Por su parte México se ha convertido en la última década en uno de los lugares más peligrosos para ejercer el periodismo, según la Relatoría Especial que documentó el asesinato de seis periodistas por posibles motivos relacionados con su trabajo y de otros cuatro en cuyos casos no ha sido posible determinarlo.

En su registro se encuentran los crímenes de José Moisés Sánchez Cerezo y el del fotorreportero Rubén Espinosa.

En un informe previo sobre México, la CIDH hizo énfasis en los altos índices de impunidad así como en las fallas del mecanismo de protección de periodistas y defensores de derechos humanos.

En Colombia se registraron cuatro homicidios: Luis Peralta, Édgar Quintero, Flor Alba Núñez y Dorancé Herrera. Mientras que en Guatemala se presentaron tres asesinatos: Danilo López, Federico Salazar y Guido Villatoro. A este país, la Relatoría le recordó la necesidad de implementar un mecanismo de protección especial para periodistas que se viene planeando desde 2012.

En Estados Unidos se registraron dos asesinatos mientras que en República Dominicana uno.

En su informe, la Relatoría Especial le recomendó a los Estados adoptar medidas de prevención así como de protección para aquellos comunicadores que se encuentran en especial peligro. Asimismo, recordó la necesidad de realizar investigaciones “serias, imparciales y efectivas” sobre los crímenes contra periodistas, juzgar y condenar a los responsables, y reparar a las víctimas y sus familiares.

Este tipo de violencia, sin embargo, no es la única que afecta la libertad de expresión y el trabajo de los reporteros en el continente. Según la Relatoría Especial también se registró un aumento en el número de amenazas, intimidaciones y agresiones físicas.

El informe también aseguró que durante 2015 hubo un “uso desproporcionado de la fuerza” por parte de las autoridades de algunos Estados al momento de responder al gran número de protestas y manifestaciones. Esta respuesta no solo afectó a manifestantes, sino a miembros de la prensa quienes resultaron agredidos, detenidos y/o con sus equipos de trabajo destrozados, robados y decomisados.

Según la Relatoría Especial estas situaciones se vivieron en países como Argentina, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Cuba, Ecuador, Estados Unidos, México y Venezuela. El informe dio cuenta de protestas reprimidas en Nicaragua y Paraguay.

Una de las restricciones a la libertad de expresión que ha señalado en los últimos años la Relatoría Especial es el uso del derecho penal. De acuerdo con el último informe, varias de las denuncias presentadas en su mayoría por funcionarios públicos o candidatos a serlo, terminaron en “condenas a penas de prisión a los comunicadores o activistas políticos o sociales involucrados en la aplicación de figuras penales que protegen el honor, tales como la difamación, injuria o calumnia”.

Así por ejemplo se mencionó la condena a dos directores del periódico El Ciudadano de Chile acusados de injurias a un exdiputado; la detención y condena a trabajo comunitario a un adolescente en Ecuador por haber hecho “varias veces un gesto obseno e insultante” al presidente del país Rafael Correa; así como la demanda por difamación del entonces presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Diosdado Cabello, contra los medios El Nacional, La Patilla y Tal Cual, y sus directivos.

Sobre este tema, el informe hizo un seguimiento de la Ley Orgánica de Comunicación (LOC) de Ecuador, aprobada en 2013, y señaló que durante 2015 bajo esta nueva ley “se impusieron numerosas sanciones de comunicación de forma incompatible con lo estándares internacionales en material de derecho a la libertad de expresión”.

Para la Relatoría Especial preocupa “las sanciones desproporcionadas” que aplica el organismo creado por la LOC – la Superintendencia de la Información y Comunicación (Supercom) – así como “el uso del derecho de rectificación y respuesta como mecanismo para limitar la emisión de contenidos considerados desfavorables al Gobierno, tutelar la imagen de funcionarios públicos afines a éste, e imponer una visión y discurso oficial a medios de comunicación, periodistas y caricaturistas en ese país”.

El pasado junio, cuando la Supercom cumplió dos años de actividades se estableció que la entidad había ejecutado más de 500 procesos en contra de medios de comunicación, había sancionado a 313 empresas mediáticas y había impuesto multas por casi US 274.000 dólares. Algunas de sus sanciones más polémicas han sido las impuestas al caricaturista del diario El Universo Xavier Bonilla ‘Bonil’ quien incluso fue obligado a rectificar uno de sus trabajos.

El informe también señaló a Argentina, Ecuador y Venezuela como los principales países en donde altos funcionarios atacan a periodistas y medios de comunicación “que publican información que no es del agrado de la autoridades” a través de declaraciones estigmatizantes.

Sobre este tema la Relatoría Especial recordó el deber que tienen los funcionarios públicos de asegurarse que sus expresiones no son una “forma de injerencia directa o indirecta o presión lesiva en los derechos de quienes pretenden contribuir con la deliberación pública”, según lo ha establecido la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

El informe también establece avances en materia de libertad de expresión por cada país. Uno de ellos fue la condena a 36 años de prisión del exdiputado colombiano Ferney Tapasco acusado de ser el autor intelectual del asesinato del periodista Orlando Sierra ocurrido en 2002.

Asimismo, destacó la aprobación de la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Púbica en México que según la Relatoría “aumento las garantías para el efectivo cumplimiento del derecho de acceso a la información pública”.

Además del análisis de cada país, el informe anual de la Relatoría Especial cuenta con dos informes temáticos: ‘Acceso a la información, violencia contra las mujeres y la administración de justicia en las Américas’ y ‘Discurso de odio y la incitación a la violencia contra las personas lesbianas, gays, bisexuals, trans e intersex en América’.

El informe de la Relatoría hace parte del Informe Anual 2015 de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.https://knightcenter.utexas.edu/es/blog/00-16844-violencia-contra-periodistas-aumento-en-las-americas-durante-2015-informe-de-la-relato

¿Hasta dónde llegan intimidad y periodismo?

Por:  Unidad de datos

El video revelado por ‘La F.M.’, que muestra una conversación de contenido sexual entre el capitán de la policía Ányelo Palacios y el entonces senador Carlos Ferro, mientras este último maneja su carro oficial, abre un debate pertinente entre periodistas sobre si era o no necesaria su publicación como prueba de una investigación periodística.

Algunos han considerado que fue excesivo y otros llaman la atención sobre la necesidad de que se analice el video en el contexto de la investigación y no como una pieza por separado. (Publica El Tiempo)

 Vicky Dávila, directora de la mencionada emisora, le dijo a EL TIEMPO: “Tomamos la decisión editorial porque hay unas investigaciones muy profundas que tienen que dar unos resultados a nivel de las autoridades, y es identificar si en realidad esa red de prostitución llamada la ‘comunidad del anillo’, dentro de la Policía, sí tenía a través de un coronel, nexos con políticos. Y si era cierto que a través de presiones a los jóvenes de la Escuela General Santander, él entregaba a los muchachos para hacer favores sexuales a congresistas”.

Agrega que la audiencia en general no se puede quedar solamente en el debate de la vida privada: “Acepto críticas y opiniones diferentes, pero creo que el debate principal es la crisis en la que está la Policía. Mi obligación editorial es que sentí que era necesario publicar el video y lo publicamos ya estando judicializado”.

Mario Morales, director del Departamento de Comunicación Social de la Pontificia Universidad Javeriana, expresó que hay tres aspectos que “contaminan” la decisión periodística para publicar el video: “Es un video inducido, no tiene ningún indicio judicial o periodístico que genere o confirme o dispare algún tipo de investigación; es un video que sobrepasa los linderos de la privacidad y la dignidad con un contexto que no existe”.

Para Javier Darío Restrepo, maestro de la Fundación Gabriel García Márquez, lo primero que se debe tener en cuenta al analizar el tema es que en cuestiones de ética nadie es juez de nadie. Por tanto, el debate se debe centrar en recordar algunos principios para que cada quien los aplique.

“Los personajes públicos tienen un espacio menor de intimidad que la persona común y corriente. La razón de que tengan un espacio menor es que ellos manejan asuntos públicos por los que tienen que responder ante la sociedad”, dijo.

Con relación a si el video tiene que ver con la vida privada del personaje público y por tanto no aporta a la investigación, Restrepo indicó: “Cuando un periodista entra a examinar la vida personal de alguien que está en el sector público debe hacerlo si esto llega a servir al bien público”.

Olga Behar, investigadora y maestra en periodismo de la Universidad Santiago de Cali, sostuvo: “El periodista no debe autocensurarse, en el sentido de que si consigue un documento que soporte la investigación, no debe privar a la opinión pública de esos hallazgos que sirven al sustentar el tema; pero el periodista debe tener la capacidad de editar aquellas partes que comprometan la dignidad y la vida personal de cualquier ciudadano”.

Explica Behar que la probable relación que podía existir entre la ‘comunidad del anillo’ o los favores sexuales por parte de policías y congresistas, si es un tema que se está trabajando en la investigación, el video es una prueba. “Pero con 30 segundos de video es suficiente. Lo demás es exceso y no es buen periodismo”, puntualiza.

Por su parte, el director del periódico ‘El Heraldo’, Marcos Schwartz, señala: “Se debía prescindir del video y bastaba con explicar en un texto lo que representaba. Los detalles que había en ese video, desde mi punto de vista, no son necesarios para hacer entender la información o seguir la investigación. El video es redundante. No era necesario reproducirlo totalmente”.

Fernando Ramírez, editor de Noticias del diario ‘La Patria’, se refiere a la falta de análisis a la hora de tomar decisiones editoriales: “El periodismo es de casuística y hay criterios para cada caso. Si hablamos en este caso, uno ve cierto ánimo vindicativo. Creo que a los periodistas nos sigue faltando la reflexión previa para publicar. Las salas de redacción no pueden ceder la capacidad reflexiva que se debe tener ante noticias complejas. El componente de informar tiene otro pedazo y es el de la responsabilidad social, que poco tienen en cuenta ciertas figuras del periodismo”.

Finalmente, Omar Rincón, director del Centro de Estudios de Periodismo de la Universidad de los Andes, precisa: “La investigación es buena y necesaria, pero el video no es significativo para el caso. Creo que a muchos periodistas los está afectando el síndrome de Watergate. Se ha vuelto de moda querer ser buen periodista tumbando a alguien y no lo de fondo, que para el caso analizado es la presunta corrupción que está ocurriendo en la Policía”.

El debate sigue abierto, porque como lo planteó la directora del portal La Silla Vacía, Juanita León, se abre una polémica sobre los límites de hacer periodismo en Colombia.

UNIDAD DE DATOS
Redacción ELTIEMPO.COM

Fuente:

http://www.eltiempo.com/politica/justicia/periodistas-analizan-si-se-debia-o-no-publicar-el-video-de-carlos-ferro/16512838

Esas paradojas

Por Mario Morales
No deja de ser paradójico que en el año de la tregua en Colombia se hayan incrementado las violaciones a la libertad de prensa. Una paradoja que sigue la tendencia mundial, pues en 2015 hubo más periodistas asesinados en países en paz que en zonas de conflicto. (Publica El Espectador)

Claro, fue año electoral, pero nada justifica ni el incremento de víctimas ni el decrecimiento de la libertad de expresión con su nefasta sombra sobre la democracia.

Por eso, según Reporteros sin Fronteras, pasamos del puesto 126 al 128 entre 180 países, sólo por encima de algunos con situación más crítica, como Honduras, Venezuela y México.

El 2015 se llevó 110 reporteros de manera violenta, de los cuales 67 casos están documentados como asesinatos por efecto del ejercicio profesional. Además, fueron muertos siete colaboradores de medios y 27 net ciudadanos. La trágica lista la encabezan Siria, Irak y Francia, por la masacre de Charlie Hebdo.

Aquí, al menos dos periodistas perdieron la vida ejerciendo su oficio. Y no fue por causa del conflicto armado. Flor Alba Núñez en Huila y Luis Peralta en Caquetá investigaban valientemente la corrupción. Ya tenemos 144 mártires en 38 años.

Paradójico que más peligrosos que la guerra resulten los civiles enmascarados acostumbrados a hacer de la suyas. ¿Qué harán ahora que se les acaba la mampara del conflicto?

También aumentaron, según la FLIP, las amenazas con respecto a 2014. Son 76 víctimas, incluidos periodistas de grandes medios como Vicky Dávila, Claudia Morales y Pascual Gaviria.

La estigmatización aumentó brutalmente, así como la obstrucción oficial al ejercicio reporteril. Tristemente en 2015 prescribieron otros tres casos de periodistas asesinados. Y al comenzar este año prescribió el de Alfredo Matiz Espinosa.

El año que se fue será recordado como aquel en el que país confirmó que la prensa era sistemáticamente chuzada, no sólo por delincuentes, sino por algunas entidades encargadas de velar por su seguridad. Esa es la otra paradoja.

Lanzan manual sobre libertad de expresión, legislación de medios y difamación

(Publica Red Etica Segura-FNPI)

Una nueva y poderosa herramienta para defender el derecho de los medios de comunicación europeos para informar sobre asuntos de interés público ya está disponible, anunciaron hoy el Instituto Internacional de Prensa (IPI) y Media Legal Defence Initiative (MLDI).

IPI y MLDI se han unido para publicar este completo manual de capacitación para abogados y periodistas sobre las normas jurídicas europeas relativas a la libertad de expresión y la protección de la reputación, que aunque está pensado para Europa, contiene conceptos útiles para abogados, periodistas y dueños de medios de comunicación en el mundo entero.

El manual de 55 páginas, “Libertad de Expresión, Legislación sobre Medios de Comunicación y Difamación“, resume los principios fundamentales de la jurisprudencia europea sobre la difamación y tienen como objetivo dar apoyo a los abogados que representan a los profesionales de los medios de comunicación que han sido demandados o acusados ​​de difamación, mientras que también ayuda los periodistas a entender sus derechos bajo los mecanismos internacionales y europeos de derechos humanos.

El manual está acompañado por un conjunto de materiales de capacitación que permiten a instructores calificados preparar y llevar a cabo talleres sobre la ley de difamación y la libertad de expresión en los países europeos. Además de transmitir conocimientos esenciales, los talleres ofrecen una oportunidad para que los participantes practiquen activamente a través de estrategias de litigio y estudios de casos.

“El propósito de esta guía y los materiales que la acompañan es doble”, explicó Scott Griffen, director del Programas para la Libertad de Prensa del IPI. “Por un lado, ofrecen a los abogados europeos conocimientos esenciales para el desarrollo de estrategias de litigio sobre la base de las normas europeas de derechos humanos para defender a los clientes de medios de comunicación sometidos a procesos de difamación. Por otro, tratan de informar a los periodistas europeos sobre el alcance de su derecho a cubrir y hacer comentarios sobre asuntos de interés público, que podrían no ser reconocidos adecuadamente por los tribunales y la legislación de sus propios países”.

Nani Jansen, Director Jurídico del MLDI añadió: “El Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo ha desarrollado un conjunto detallado de normas que rigen cómo los tribunales nacionales deben resolver las reclamaciones por difamación. Estas normas proporcionan una protección significativa a los periodistas y se aplican en toda Europa. Para defender con éxito a los periodistas, los abogados tienen que ser capaces de incorporar con argumentos basados ​​en el derecho nacional. Este manual les permite hacer exactamente eso y deberían conducir a la defensa exitosa de más periodistas”.

Los capítulos incluidos en los materiales y manuales de capacitación incluyen:

Detrás de las fuentes y los principios de la libertad de expresión
Una introducción conceptual a la difamación (incluyendo la historia, el derecho a la reputación en la ley y los tipos de respuestas a contenido difamatorio)
Tipos de material difamatorio (incluyendo opiniones frente a los hechos, el humor y las declaraciones de los demás)
Difamación y el debate público (incluida la protección de discurso político, a la intimidad de las figuras públicas y la difamación religiosa)
Los casos de difamación en los tribunales (incluyendo las defensas a demandas por difamación, carga de la prueba, fuentes anónimas, recursos y sanciones, y la aplicación del derecho internacional de los derechos humanos)
Jurisprudencia Difamación de la Corte Europea de Derechos Humanos

Mientras que Europa en su conjunto está considerada como una de las regiones más progresistas del mundo en lo que respecta a la libertad de expresión, el abuso de las leyes de difamación sigue siendo un obstáculo importante para los medios de comunicación europeos. Los materiales y manuales de capacitación forman parte de un esfuerzo por parte de IPI y MLDI para contrarrestar este obstáculo proporcionando habilidades, recursos y conocimientos para abogados y periodistas.

MLDI trabaja extensamente con los abogados en varios países europeos para defender los casos en contra de los medios de comunicación, incluida la adopción de los casos a la Corte Europea de Derechos Humanos – el tribunal de última instancia para todos los periodistas europeos que alegan violaciónes de su derecho a la libre expresión establecida en la Convenio Europeo de Derechos Humanos.

El trabajo de IPI sobre las leyes de difamación en Europa incluye un programa de investigación y promoción destinadas a fomentar la adopción de leyes de difamación en línea con los principios de los derechos humanos. El verano pasado, el informe del IPI “Out of Balance” reveló que la mayor parte de la legislación de difamación en los países de la UE se queda “dramáticamente corta” a la hora de cumplir con las normas internacionales pertinentes.

Los materiales de capacitación y manuales que acompañan están actualmente disponibles para su descarga en cinco idiomas, incluyendo el español.

El manual y los materiales fueron encargados al Dr. Richard Carver de la Universidad Oxford Brookes.

Tribunal condena a 36 años al excongresista Liberal Ferney Tapasco por el homicidio del periodista Orlando Sierra.

“La violencia es solo el comienzo de la censura, a esta le sigue el miedo y al miedo el silencio”
Orlando Sierra

(vía Flip) El 24 de junio de 2015, el Tribunal Superior de Manizales ordenó 36 años de prisión para el exrepresentante a la Cámara Ferney Tapasco, como instigador (autor intelectual) del asesinato del periodista Orlando Sierra. En la misma sentencia se condenó a 28 años y 10 meses a Fabio López Escobar y Jorge Hernando López Escobar. La decisión de segunda instancia tardó un año y medio en ser resuelta y revocó la sentencia absolutoria del 24 de diciembre de 2013.

El asesinato de Sierra es el primer caso en Colombia en el que la cadena criminal, desde los autores materiales hasta los intelectuales, es condenada por la justicia.

Ferney Tapsco en el caso de Orlando Sierra

La Justicia determinó que Ferney Tapasco es autor intelectual del crimen, esto con base en las pruebas y testimonios ante la Fiscalía que desde el año 2003 le atribuían esa responsabilidad. El Tribunal concluyó que el crimen fue motivado por las denuncias que hacía Sierra en sus publicaciones como periodista.

Dice el Tribunal que “en efecto, en sus artículos, criticaba de manera constante a la coalición política gobernante y con nombre propio a sus dirigentes, entre ellos, al señor Tapasco González, por la actuación administrativa realizada, por la vinculación con contratos estatales a familiares y por la gestión que hacía en procura de los intereses de su hijo Dixon Ferney Tapasco, amén de la pérdida de investidura de diputado que para entonces ostentaba. Ello generó un resentimiento de él hacía Sierra Hernández, en su calidad de periodista, por cuestionar su poder, su dirigencia política y su liderazgo, aspecto que no le permitía concebir que alguien interfiriera en su gestión, convirtiéndose tal situación en el primer eslabón serio en su contra”.

Pero no fue el único eslabón, el Tribunal habla sobre la conformación de una “empresa criminal para dar muerte al periodista”. De esta forma, uno de los testigos aseguró que quien pagó por el asesinato del periodista fue Ferney Tapasco. Otro declarante manifestó que todo se planeó en un bar, donde escuchó a unas personas decir que debían asesinar a Sierra porque “tenía problemas” con el mencionado líder liberal. Un tercer testigo dijo que estando en la oficina del político lo escuchó decir, refiriéndose a Sierra, que “si a este perro no lo ‘organizamos’ en esta semana, me va a publicar unos asuntos malucos».

“Fue así que en desarrollo de la encomienda contratada por Ferney Tapasco, se realizaron varias reuniones para concretar la misión y la forma de pago, en varias de las cuales participó el mismo contratante”, expresó el Tribunal como antesala para narrar las distintos momentos en que se planeó el asesinato.

Para la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) este es un avance significativo, pues superar la impunidad es un requisito fundamental para vencer el silencio que se instaura después de la violencia contra periodistas. Además, envía un mensaje solidario a familiares y colegas de Orlando Sierra.

Una condena tardía

A pesar de la gravedad y contundencia de los testimonios, la Fiscalía tardó tres años en vincular a Tapasco en la investigación. Luego, la Justicia tomaría seis años más para iniciar el juicio contra el líder político y los otros tres implicados. Sólo hasta septiembre de 2012, 10 años y medio después del asesinato de Orlando Sierra, se dio apertura al primer juicio en Colombia contra autores intelectuales del asesinato de un periodista. A lo largo de los 13 años transcurridos desde la muerte de Sierra, más de nueve testigos, que no recibieron protección por parte de las autoridades judiciales, fueron asesinados.

Tras 13 años de impunidad y de constantes reveses de la justicia, entre ellos el que el autor material, Luis Fernando Soto Zapata, fuera condenado a 19 años de prisión, de los cuales solo pagó cinco y que la sentencia de segunda instancia contra Tapasco se profiriera un año y medio después, hoy finalmente se hace justicia en el caso de Orlando Sierra.

El periodista Orlando Sierra, fue asesinado el 30 de enero de 2002 cuando se disponía a entrar al periódico la Patria. El periodista había sido un fuerte crítico de los políticos corruptos del departamento de Caldas y días antes de su muerte había advertido que si algo le ocurría la responsabilidad sería de Ferney Tapasco.

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